jueves, 4 de noviembre de 2010

ERA DE LATÓN, DE LATÓN, DE LATÓN ERA… EL CACHARRO DE MI ABUELA


Hace poco la Agencia Tributaria nos dio un respiro devolviéndonos un poquito de dinero que rápidamente destinamos para pintar la caseta, decidimos entonces darle otro aire a la casa pese a que es un poco rustica por fuera queríamos dejarla más actual por dentro, cambiamos los colores más profundos y vivos, a la habitación del niño le cambiamos los muebles y nos deshicimos de trastos, ropa y juguetes que nuestro hijo ya no utilizaba o le estaban pequeños.

Todos tuvimos que renunciar a algunas cosas para dejar espacio a las nuevas y a mí me llegó el momento… hace unos veinte años recupere de casa de mi tía un antiguo tocador de mi abuela que restaure y me ha acompañado en todas las casa en las que he vivido, lo he estimado y cuidado lo que he podido ,pero el paso del tiempo no perdona y las termitas menos así es que decidí deshacerme de él y se lo regale a un amigo restaurador sin ningún dolor ni remordimiento, pues mi vida ha cambiado muchísimo desde que soy padre adoptivo y mi manera de pensar también. Para que quiero estar recordando a una señora que no conocí y querer darle importancia a un árbol genealógico que no sirve para nada, aunque haya mucha gente que si se la dé sobre todo familias de rango abolengo y los médicos… oiga y de que murió su padre? Tiene usted antecedentes en la familia? No quiero darle este tipo de educación biológica a mi hijo, mi familia es esta y ahora, no la de hace cien años independientemente si los lazos de familia son de sangre o no, en ella incluyo a amigos y a gente que nos quiere, siempre he pensado que atrás ni para coger impulso. Y el cacharro de la abuela que lo disfruten y lo cuiden otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario